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Los artesanos y sus ciudades

Artesanos en Granada

Autor de la fotografía: Pepe Marín Zarza

Granada expresa en su artesanía la asimilación de los oficios legados por las diferentes culturas que se han asentado en ella. Desde los íberos...

...y fenicios o el mundo grecorromano, hasta los musulmanes, protagonistas indiscutibles de la historia de este territorio del sur peninsular. No en vano, Granada fue el territorio peninsular con mayor permanencia de la cultura hispanomusulmana, con más de ocho siglos de historia.

La amalgama de estilos e influencias artísticas, incluida la impronta cristiana, confieren una personalidad propia a labores que, por su calidad y belleza, han traspasado fronteras. Producciones y oficios de particular personalidad que aun hoy tienen su continuidad entre nuestros artesanos son:

  • El arte de la yesería, que nace del uso de una materia prima, aparentemente humilde como es el yeso, y de las técnicas de embellecimiento del mismo, las cuales adquieren su culmen con la dinastía nazarí. Nuestros artesanos logran, como lo hacían los alarifes nazaríes, que dicha materia prima se convierta en una expresión plástica extraordinaria, realizando sobre dicho material una talla delicada y minuciosa que pasa desde las geometrías más puras e intrincadas, a los motivos vegetales más voluptuosos. El aporte de color se realiza con la misma técnica tradicional, con minerales preciosos como el lapislázuli, y metales preciosos como el oro y la plata,
  • La taracea, que toma su nombre castellano del árabe «tarcia» (incrustación). Fue introducida en España por los musulmanes, teniendo sus primeros talleres en la Córdoba del siglo XII. A través de los artesanos nazaríes, este arte pasará al mundo cristiano. continuando con su esplendor. Se trata de un trabajo de marquetería e incrustación que combina diferentes maderas con laminas de metal, nácar, hueso, y concha, básicamente. El resultado es una estética detallista que emplea el dibujo geométrico en sus diseños y se usa en la decoración mobiliaria, cajas, cofres, bargueños, mesas o ajedreces.
  • La cerámica de Fajalauza, que es la heredera directa de las técnicas, modelos y ornamentaciones utilizadas en la época nazarí y asimilada por la estética cristiana en el siglo XVI para crear una producción de carácter suntuario de uso domestico. Piezas vidriadas y decoradas, en las que el color y la textura juegan un papel fundamental. Su nombre procede de la puerta medieval de la ciudad que daba acceso al tradicional barrio de alfareros situado aquí tras la conquista cristiana, donde se elaboraban estas con fondo blanco y azules y verdes metálicos para los motivos decorativos como las granadas, pájaros y flores.
  • La luthierería o construcción de las guitarras tiene en Granada la principal escuela, junto con la de Madrid. La construcción de las guitarras granadinas es enteramente manual y requiere un perfecto dominio de diferentes actividades (ebanistería, marquetería y barnizado) además de un innato talento musical. Trabajan estos artistas con maderas muy seleccionadas y en su mayoría de importación como el abeto alemán o el cedro hondureño. El ciprés es la madera nacional que se emplea para algunos componentes de la guitarra flamenca.
  • El batido de cobre y la hojalata es otro de los oficios ancestrales que todavía perviven. Consistente es el cincelado del metal para darle esas curvas que permiten ir fabricando la cacharrería y menaje tradicional para la hostelería, y que es tan típica del Albaicín y el Sacromonte.
  • El hierro forjado, que es otra de las labores granadinas de mayor tradición, saliendo de los talleres en forma de rejas y faroles, principalmente.
  • En cuanto a los tejidos, Granada fue el principal mercado de seda desde el siglo XIII. En la actualidad existen algunos talleres donde aun se relazan bordados con motivos hispanomusulmán y se sigue fabricando telares.